28/03/2020 . El confidential.
Tres entidades educativas pioneras —Universitat Oberta de Catalunya, Internacional de la Rioja y ThePowerMBA— coinciden: el confinamiento acelerará los cambios ya en marcha.
La reclusión obligada de miles de millones de ciudadanos en todo el mundo por la pandemia del coronavirus Covid-19 —hasta un tercio de la humanidad actualmente— puede tener efectos positivos para algunas actividades económicas. Una de ellas es el sector de la educación a distancia. Especialmente, aunque no en exclusiva, en el segmento universitario y en el de formación de posgrado. Tres entidades educativas señeras en este campo en España, todas ellas nativas digitales a lo largo de las tres últimas décadas, coinciden en su diagnóstico tras ser consultadas por este medio: el confinamiento va a espolear la educación ‘online’ acelerando dinámicas formativas que se venían implantando.
Carles Sigalés, vicerrector de Docencia y Aprendizaje de la Universitat Oberta de Catalunya, resume así su diagnóstico desde la institución pionera en España en educación digital no presencial. «Lo que hoy es indudablemente negativo, esta enfermedad, a futuro supondrá una tercera oleada de cambio hacia la educación digital. A inicios de siglo se produjo la primera con la generalización de internet. Desde mediados de esta década estábamos inmersos en la segunda, fruto de la extensión de lo que podemos llamar ciencia de los datos. Ahora, especialmente en la formación universitaria y para adultos, claramente vamos a dar un salto adelante muy importante».
En lo más inmediato, en la UOC están detectando ya una explosión en el uso de su plataforma informática. El número de estudiantes conectados a la misma vez se ha triplicado, alcanzando picos récord de 9.000 alumnos para un día habitual de clase. La institución tiene 70.000 matriculados, de los que 50.000 cursan másteres o doctorados. «El confinamiento nos está perjudicando poco en lo que a nuestro sistema tecnológico se refiere, nuestra plataforma está preparada para ello». Con dos décadas de trayectoria en esta universidad, Sigalés augura que lo que se ha digitalizado con esta crisis no se revertirá: «Trabajar y educarse a distancia es más eficiente, más cómodo, más sostenible y más conciliador con la vida personal. Esta coyuntura permitirá dar un salto adelante, veremos de qué nivel».
Otra institución creada desde el inicio en el espacio virtual hace ahora once años, la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), corrobora en buena medida el análisis de la UOC. Rubén González, vicerrector de Ordenación Académica, señala para empezar la normalidad con la que su sistema tecnológico ha asumido el ‘boom’ detectado en las últimas semanas. «Estamos en máximos históricos de concurrencia, alcanzando los 3.500 alumnos al día. Además, de nuestros 3.500 empleados, unos dos mil ya venían teletrabajando y para el resto, en parte distribuidos en nuestras oficinas de Colombia, Perú o Miami, hemos hecho una transición rápida. Somos una empresa que ya tiene mucho terreno ganado en este sentido», detalla.
«Formarse y trabajar a distancia es más eficiente, más cómodo, más sostenible y más conciliador con nuestra vida personal. Daremos un salto adelante»
Precisamente, estas dos universidades, explica González, están estos días colaborando con la Confederación de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) para facilitar guías de buenas prácticas para que se apliquen en otras instituciones de este tipo menos adaptadas al medio ‘online’. «Nuestra competencia tradicional está menos preparada, los espacios virtuales suelen ser un añadido y ahora las tornas se han cambiado totalmente». Un nivel por debajo del universitario, en los institutos, el vicerrector apunta que la tecnología para educar a distancia ya estaba disponible pero ahora se ha tenido que producir una «revolución forzada». El también doctor en ingeniería informática concluye: «Esta enfermedad va a generar dinámicas muy positivas en la educación y las empresas».
La UNIR, que arrancó en 2009, ya notó en esos años un crecimiento espectacular en plena crisis. Ahora está notando el efecto positivo de los alumnos que se formaron en ese momento y ahora están volviendo y recomendando a otros formarse con sus cursos en la actual coyuntura. «Es cierto que ha habido un primer momento de miedo, inevitable y comprensible. Pero tras ello, la matriculación se está disparando. No todos son cursos de cuatro años, también tenemos otros de tres meses para asuntos muy concretos. De hecho, en dos cursos concretos como el de resolución de temas complejos en el ámbito empresarial o el de trabajo en entornos distribuidos, hemos tenido que adelantar la fecha de inicio por petición de clientes empresariales que nos los demandaban».
Crecimiento exponencial
Desde un ámbito más específico, el de la formación de profesionales o emprendedores en gestión, emprendimiento, marketing o comercio digital, la escuela de negocio digital ThePowerMBA está registrando un comportamiento similar al alumnado de la UNIR. Rafa Gozalo, uno de sus fundadores y socio, admite que en el corto plazo hay alumnos que estaban en el punto de dar el siguiente salto adelante en su proyecto empresarial y que han frenado su matriculación. O bien profesionales empleados en empresas que, ante la incertidumbre generada, han decidido retrasar el gasto. Aun así, la compañía está duplicando el número de interacciones y alumnos en su plataforma.
«No nos podemos quejar aunque debido a esos factores no estamos creciendo ahora mismo todo lo que podríamos. La parte positiva que detectamos es que ya no solo vamos a atraer la atención de profesionales jóvenes o de pioneros en el uso de nuevas tecnologías, los ‘early adopters’. Ahora estamos llegando a profesionales maduros, que no se habían planteado formarse a distancia con programas digitales. Y ahora sí lo contemplan. Creemos que en los próximos 6 o 7 meses avanzaremos lo mismo en nuestro sector que en los últimos diez años porque el crecimiento va a ser exponencial».
TPMBA, nacida en 2017 y con 28.000 alumnos acumulados desde entonces, ofrece formación no reglada y orientada a capacitar en cuestiones prácticas de negocio. Su master MBA cuesta 500 euros. Con 135 empleados, Gozalo destaca que no han perdido «ni un minuto» en reconvertir su dinámica interna al teletrabajo. «Lo que pensamos a día de hoy es que, fruto de esta situación, la extensión del modelo de formación ‘online’ va a ser muchísimo más amplia y efectiva de lo que venía siendo con nuestras campañas de difusión y captación de alumnos». Es decir, que la coyuntura está actuando como el mejor aliado de marketing de este tipo de propuestas educativas.
«Este confinamiento va a dejar mucho poso en las empresas y va a permitir adoptar procesos con ganancias de eficiencia que se van a consolidar. Los alumnos, por lo que estamos detectando, no están perdiendo el tiempo en casa y eso ya estamos viendo que genera más fidelización y más satisfacción en nuestros usuarios», resume Gozalo. Como muestra, las cifras igualmente récord que están registrando desde el inicio del confinamiento: las entradas diarias de usuarios a la plataforma se han multiplicado por 2,6. Y, más relevante aún, esos usuarios han multiplicado por cuatro el tiempo que pasan formándose hasta sumar 400.000 horas desde que arrancó la cuarentena.