Este año, aún no concluye y ya ha quedado etiquetado como “el gran año del salto tecnológico” y no solo a causa de todos los cambios que se han tenido que implementar a causa de la pandemia o la migración masiva a plataformas virtuales para trabajar o estudiar, sino también por todos los desarrollos que han tenido lugar en ámbitos como Inteligencia Artificial, Internet, seguridad, Big Data y banca digital.
En este contexto, la educación no se ha quedado atrás, todo lo contrario, este año el e-learning ha aumentado un 85%. Vemos una adaptación general en todos los niveles: desde la educación básica hasta la educación superior, talleres, formaciones; nos hemos dado cuenta de que todo puede hacerse en línea si somos lo suficientemente creativos y utilizamos herramientas digitales.
La transformación educativa ha llegado y será digital. Si bien es cierto que existen aún muchos desafíos y que no siempre “más tecnología es mejor”, los educadores y centros de educación no solo deben de enfocarse en la tecnología, ya que la tecnología por sí sola no mejora el proceso de aprendizaje, sino en la forma en la que se integra la tecnología al proceso de enseñanza, dicho de otra manera, como educadores debemos enfocarnos en cómo implementar las metodologías didácticas adecuadas.
La tecnología en la enseñanza contribuye de forma significativa solo si está estipulada o diseñada dentro de un modelo instruccional bien fundamentado e implementado. Una metodología ambiciosa y potente no será exitosa ni sostenible en el tiempo sin la ayuda de tecnología, constante actualización, y sobre todo de Inteligencia Artificial actualizada. Y la manera de que sea exitosa esa metodología no es otra que implementando una enseñanza personalizada.
Carla Torreiro Rondón, profesora de Spain Business y fundadora de Munus Lingua refiere sobre los principales tendencias educativas con miras al 2021:
En primer lugar, consideramos la enseñanza personalizada, ya que es una instrucción en donde el ritmo de aprendizaje y el enfoque del educador van de la mano con las necesidades de los estudiantes. Desde los objetivos de aprendizaje, la orientación de enseñanza, hasta los contenidos y su secuencia pueden variar en función de las necesidades del aprendiente. Si tomamos en cuenta esto, las actividades en el espacio de aprendizaje serán más significativas y relevantes para el alumno, estarán alineadas a sus intereses y hasta serán emprendidas por su propia iniciativa.
Nos podemos olvidar de salones de treinta o cuarenta estudiantes, en donde hay una sola forma de enseñar, una sola forma de material didáctico y las inteligencias múltiples y diferentes habilidades quedan por fuera.
Las dificultades que teníamos con la enseñanza personalizada en un pasado ahora se pueden resolver con considerable ventaja gracias a la tecnología y plataformas inteligentes que son capaces de: aportar flexibilidad a la forma de aprender y en cómo se organizan los recursos; adquirir estadísticas y resultados sobre la forma en la que los alumnos usan las plataformas con el objeto de su posterior facilitación y mejora; reiterar los aprendizajes de conceptos y procedimientos con alternativas de recursos y secuencias de aprendizaje hasta conseguir las competencias necesarias; proporcionar una retroalimentación personalizada, con base en datos, para poder corregir errores y aprender de la experiencia; también le facilitan al profesor la toma de decisiones en cuanto a planificación, orientación o apoyo a los alumnos; otorgar al profesor una base de datos relevante para mejorar el aprendizaje y así sepan exactamente cómo mejorar tanto profesores como alumnos.
En segundo lugar y de la mano con el punto anterior, está el aprendizaje social. Aunque los estudiantes usen la tecnología como canal, seguimos siendo humanos, y los humanos necesitamos conectar con otras personas que tengan los mismos intereses que nosotros. El ser humano se siente parte de una comunidad de personas que estén haciendo lo mismo que ellos. En este sentido, la inteligencia artificial no solo tendrá gran protagonismo para el 2021 por las plataformas tecnológicas y educativas, sino que también tendrá protagonismo sugiriendo formación y conectando a personas con intereses similares.
Del mismo modo, también serán importantes las redes sociales, las aulas virtuales, los canales de comunidad privados de las instituciones o centros, la interacción entre los alumnos y la conexión con otras personas de diferentes partes del mundo que compartan los mismos intereses, metas o herramientas.
El aprendizaje social que fomente la comunidad y el aprendizaje del ser humano, aunque sea en línea, será vital para el 2021.
Luego, en tercer lugar, también será tendencia educativa el uso y adaptación de herramientas al dispositivo móvil. Para el próximo año será todavía más competitivo y real que todo lo podamos hacer desde el móvil. El 89% de la población mundial cuenta con un dispositivo móvil y es el medio que se usa cada vez más a beneficio del aprendizaje. Por lo que el desafío para las plataformas tecnológicas será el de adaptar su interfaz completamente al móvil, usar aplicaciones para el proceso de aprendizaje y que estas plataformas sean sencillas y con gran usabilidad. En el 2021 utilizaremos el móvil más que nunca para aprender.
El microaprendizaje será la tendencia número cuatro. Olvidémonos de largas sesiones de video tediosas o de un temario muy extenso, la tendencia será una
formación dirigida a cubrir una necesidad específica de los alumnos por medio de lecciones breves que pueden ser a través de videos o encuentros más breves. Los estudiantes prefieren contenido más concreto y a la vez relevante que puedan recordar, aplicar y utilizar de forma sencilla y práctica en su vida.
Inclusive este contenido presentado a los estudiantes no solo durante la sesión en línea, sino a través de redes sociales, canales internos de comunidad, aulas
virtuales, la idea es que sean pequeñas dosis concretas y potentes de contenido interesante, interactivo y útil para el aprendiente. Por último, la gamificación, que no podemos ignorar o menospreciar. Los videojuegos son tendencia en el desarrollo de habilidades blandas en todos los niveles, desde edad escolar hasta ejecutivos de alto nivel. Incluir y adaptar videojuegos a los contenidos en un contexto guiado y con objetivos da muy buenos resultados que, además, son medibles.
Tampoco podemos dejar de nombrar a juegos que podemos diseñar o aplicar dependiendo del estudiante o contenido con herramientas digitales. No obstante, no olvidemos que, aunque todo sea en línea, también hay cantidades de dinámicas “activas”, creativas y que implican movimiento que se pueden aplicar y resultan ser divertidas y fáciles de recordar para los estudiantes.
Un dato importante es que se estima que para el 2025, el mercado de e- learning valdrá unos US$ 350 mil millones, por lo que quienes se dediquen al aprendizaje en línea también verán incrementados sus ingresos.
Como comentarios finales, aunque la conexión, la tendencia y las herramientas sean a través de Internet, los educadores no podemos olvidarnos de que somos humanos y que los estudiantes quieren conectar con humanos.
Perdamos el miedo a aprender técnicas nuevas, adaptémonos, mejoremos y enseñemos con el ejemplo. Mantengamos una actitud enérgica y una buena intención para cumplir objetivos de aprendizaje, que el estudiante se sienta cómodo, reciba información útil realmente e integremos los recursos que más se adapten para todas las partes para así, obtener un resultado exitoso. Manos a la obra para aplicar desde ya todas las tendencias a nivel educativo para el 2021.
América Economía